4 El ángel le dijo:— Abre el pez, sácale la hiel, el corazón y el hígado, y ponlos aparte. Tira los intestinos; pero la hiel, el corazón y el hígado son un excelente remedio.
5 El joven abrió el pez y le sacó la hiel, el corazón y el hígado. Asó un trozo del pez y se lo comió, y el resto lo saló y lo guardó.
6 Luego siguieron juntos su viaje, hasta que llegaron cerca de Media.
7 Entonces el joven preguntó al ángel:— Hermano Azarías, ¿qué clase de medicina es esa que se encuentra en el corazón, en el hígado y en la hiel del pez?
8 Él le respondió:— Si el corazón y el hígado del pez se queman ante un hombre o una mujer atacados por un demonio o por un espíritu maligno, los ataques cesan y jamás vuelven a repetirse.
9 Y si una persona tiene manchas blancas en los ojos y se le untan con la hiel, soplando en ellos, las manchas desaparecen y sus ojos quedan curados.
10 Cuando llegaron a Media, cerca ya de Ecbatana,