1 En cuanto a la manifestación de nuestro Señor Jesucristo y al momento de nuestra reunión con él, les pedimos, hermanos,
2 que no pierdan demasiado pronto la cabeza, ni se dejen impresionar por revelaciones, por rumores o por alguna carta supuestamente nuestra en el sentido de que el día del Señor es inminente.
3 ¡Que nadie los desoriente en modo alguno! Es preciso que primero se produzca la gran rebelión* contra Dios y que se dé a conocer el hombre lleno de impiedad, el destinado a la perdición,
4 el enemigo que se alza orgulloso contra todo lo que es divino o digno de adoración, hasta el punto de llegar a suplantar a Dios y hacerse pasar a sí mismo por Dios.
5 ¿No recuerdan que ya les hablaba de esto cuando estaba entre ustedes?
6 Ya conocen el obstáculo que ahora le impide manifestarse en espera del momento que tiene prefijado.