3 ¡Que nadie los desoriente en modo alguno! Es preciso que primero se produzca la gran rebelión* contra Dios y que se dé a conocer el hombre lleno de impiedad, el destinado a la perdición,
Leer capítulo completo 2 Tesalonicenses 2
Ver 2 Tesalonicenses 2:3 en contexto