8 Lo castigó con el destierro y lo expulsó con un soplo terrible, como cuando sopla el viento del oriente.
9 El pecado de Jacob se perdonará completamente, siempre y cuando pulverice como si fueran de cal todas las piedras del altar y no deje en pie ni uno solo de los postes de Aserá ni de los altares de incienso.
10 Porque la ciudad amurallada está en ruinas, abandonada y sin habitantes, como el desierto. El ternero pasta ahí, se echa a descansar y come ramas.
11 Cuando las ramas se secan, se quiebran, vienen las mujeres y encienden fuego con ellas. Por ser este un pueblo que se niega a entender, su Creador no tendrá compasión; el que lo formó no tendrá piedad de él.
12 Ese día el SEÑOR reunirá a su pueblo, desde el río Éufrates hasta el torrente de Egipto. Él los recogerá a ustedes, israelitas, uno por uno.