7 Todas las naciones poderosas que luchan contra Ariel, todos los que le hacen la guerra, combaten contra sus fortalezas y la inquietan, pasarán como un sueño, como una visión en la noche.
8 Igual que cuando alguien que tiene hambre se sueña comiendo, pero despierta y sigue en las mismas; o como cuando alguien tiene sed y sueña que bebe algo, pero despierta y sigue débil y con sed. Así sucederá con todas las naciones que luchan contra el monte Sion.
9 Sigan haciéndose los tontos y asombrándose, háganse los ciegos y no vean. Embriáguense, pero no con vino. Tambaléense, pero no por la bebida.
10 Porque el SEÑOR ha derramado sobre ustedes un sueño profundo, ha cerrado los ojos de ustedes, los profetas, y ha cubierto las cabezas de ustedes, los videntes.
11 La visión de todo esto se ha convertido para ustedes en palabras de un libro sellado. Si se le da a alguien que sabe leer y se le dice: «Léelo», entonces responderá: «No puedo porque está sellado».
12 Si se le da a una persona que no sabe leer y se le dice: «Léelo», entonces responderá: «No sé leer».
13 El Señor dice: «Este pueblo viene a mí con palabras y me honra de labios para afuera, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me rinden consiste en normas humanas repetidas de memoria.