9 Sigan haciéndose los tontos y asombrándose, háganse los ciegos y no vean. Embriáguense, pero no con vino. Tambaléense, pero no por la bebida.
10 Porque el SEÑOR ha derramado sobre ustedes un sueño profundo, ha cerrado los ojos de ustedes, los profetas, y ha cubierto las cabezas de ustedes, los videntes.
11 La visión de todo esto se ha convertido para ustedes en palabras de un libro sellado. Si se le da a alguien que sabe leer y se le dice: «Léelo», entonces responderá: «No puedo porque está sellado».
12 Si se le da a una persona que no sabe leer y se le dice: «Léelo», entonces responderá: «No sé leer».
13 El Señor dice: «Este pueblo viene a mí con palabras y me honra de labios para afuera, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me rinden consiste en normas humanas repetidas de memoria.
14 Por eso, fíjense, nuevamente haré con este pueblo cosas sorprendentes, prodigiosas e increíbles. La sabiduría del sabio se acabará y se ocultará la inteligencia del entendido».
15 Qué mal les va a ir a los que se esconden del SEÑOR para ocultar sus planes; a los que hacen sus cosas en la oscuridad y dicen: «¿Quién nos ve? ¿Quién nos conoce?»