8 Las avenidas están desiertas, nadie viaja por los caminos. Se rompieron los acuerdos, rechazaron a los testigos, a nadie se le tiene respeto.
9 El país entristece y se debilita; el Líbano se avergüenza y se marchita. Sarón es como un desierto; Basán y el Carmelo están pelados.
10 El SEÑOR dice: «Ahora es mi turno de levantarme, de mostrar mi grandeza y poder.
11 Lo que ustedes planean y ejecutan es paja y basura. Su aliento es fuego que acabará con ustedes.
12 Las naciones quedarán reducidas a cenizas; arderán en el fuego como espinos cortados.
13 Ustedes, los que están lejos, entérense de lo que he hecho. Y ustedes, los que están cerca, dense cuenta de mi poder.
14 Los pecadores de Sion están temerosos. El temor se ha apoderado de los que no respetan a Dios». Ellos dicen: «¿Quién de nosotros puede vivir eternamente en fuego consumidor? ¿Quién de nosotros puede vivir eternamente en una hoguera?»