14 »No temas, gusanito Jacob, oruguita Israel. El SEÑOR dice: “Yo mismo te ayudaré”. El Santo Dios de Israel te salvará.
15 Fíjate, te convertiré en una trilladora nueva y con muchos dientes. Trillarás los montes, los aplastarás y harás que las colinas queden hechas paja.
16 Las tirarás y el viento se las llevará lejos. La tormenta las dispersará. Entonces, te alegrarás en el SEÑOR y te sentirás orgulloso del Santo Dios de Israel.
17 »El pobre y el necesitado buscan agua y no hay. Su lengua está reseca de la sed. Pero yo, el SEÑOR, les ayudaré; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
18 Haré que broten ríos de las cumbres desiertas y manantiales en medio de los valles. Convertiré el desierto en una laguna y el campo seco en manantiales.
19 Plantaré cedros en el desierto; acacias, mirtos y olivos. Plantaré también cipreses, pinos y abetos en la tierra seca.
20 Así todo el mundo comprobará y entenderá que la mano del SEÑOR ha hecho esto y que fue el Santo Dios de Israel quien lo creó».