5 Las costas e islas son testigos de mi poder y tienen miedo. Los sitios remotos de la tierra tiemblan de miedo. Ya se acercan, llegaron.
6 Se ayudan unos a otros y se dicen «¡ánimo!»
7 El artesano anima al orfebre; y el que deja maleable el metal con el martillo anima al escultor, diciéndole: «La soldadura está lista»; y con clavos fija bien el ídolo para que no se caiga.
8 «Pero tú eres Israel, mi siervo; Jacob, mi elegido; descendiente de Abraham, amigo mío.
9 Te tomé de lo más remoto de la tierra, te llamé de los rincones más lejanos, y te dije: “Tú eres mi siervo, te elegí y no te hice a un lado”.
10 No temas, estoy contigo. Yo soy tu Dios, no tengas miedo. Te fortaleceré, sí, te ayudaré. Te salvaré con mi mano victoriosa.
11 »Mira, todos los que están furiosos contigo serán avergonzados y caerán en desgracia. Los que se oponen a ti quedarán en nada y perecerán.