10 El SEÑOR dice: «Ustedes son mis testigos y el siervo que yo elegí, por eso me conocen, creen en mí y entienden que yo soy el único Dios que existe. Antes de mí no hubo ningún Dios y después de mí no habrá otro.
11 Sólo yo soy el SEÑOR y no hay otro Salvador aparte de mí.
12 Lo prometí y los salvé y yo lo di a conocer. Fui yo y no ningún otro dios extranjero entre ustedes. Ustedes son mis testigos, dice el SEÑOR. Yo soy Dios,
13 y siempre seré Dios. Nadie puede librarse de mi poder. Lo que yo hago, ¿quién puede deshacerlo?»
14 El SEÑOR, tu Libertador, el Santo Dios de Israel, dice esto: «Por ustedes enviaré un ejército a Babilonia para que derribe todos los barrotes. Los gritos de victoria de los caldeos se convertirán en lamentos.
15 Yo soy el SEÑOR, su único Dios, el Creador de Israel, su Rey».
16 Esto dice el SEÑOR, el que hizo un camino en medio del mar, una ruta en medio de las aguas turbulentas.