9 Todas las naciones se han reunido y todos los pueblos están en asamblea. ¿Cuál de ellos dijo que esto iba a suceder o nos habló de hechos del pasado? Que presenten su testimonio como prueba de que están en lo cierto y que la gente diga si es verdad».
10 El SEÑOR dice: «Ustedes son mis testigos y el siervo que yo elegí, por eso me conocen, creen en mí y entienden que yo soy el único Dios que existe. Antes de mí no hubo ningún Dios y después de mí no habrá otro.
11 Sólo yo soy el SEÑOR y no hay otro Salvador aparte de mí.
12 Lo prometí y los salvé y yo lo di a conocer. Fui yo y no ningún otro dios extranjero entre ustedes. Ustedes son mis testigos, dice el SEÑOR. Yo soy Dios,
13 y siempre seré Dios. Nadie puede librarse de mi poder. Lo que yo hago, ¿quién puede deshacerlo?»
14 El SEÑOR, tu Libertador, el Santo Dios de Israel, dice esto: «Por ustedes enviaré un ejército a Babilonia para que derribe todos los barrotes. Los gritos de victoria de los caldeos se convertirán en lamentos.
15 Yo soy el SEÑOR, su único Dios, el Creador de Israel, su Rey».