12 El herrero corta el metal y trabaja sobre el calor. Va formando el ídolo con el martillo, y lo trabaja usando sus fuertes brazos. Pasa hambre y se siente débil; no toma agua y se agota.
13 Un tallador mide con su regla, hace a lápiz un bosquejo. Cincela el ídolo con el cepillo y lo marca con un compás. Lo hace con figura y belleza humanas para que esté en un templo.
14 Corta cedros o elige un ciprés o un roble. Lo deja crecer entre los árboles del bosque. Siembra un cedro y la lluvia lo hace crecer bastante.
15 Cuando está lo suficientemente crecido como para servir como leña para la gente, él usa una parte para calentarse. También usa otra parte para hacer fuego y hornear un pan. Pero también usa otra parte del árbol para hacer un dios y adorarlo. Hace un ídolo y se inclina ante él.
16 La mitad del árbol la quema en el fuego y hace un asado; come la carne y queda satisfecho. También con ella se calienta y dice: «Me caliento en el calor del fuego».
17 Con el resto, hace un dios, su ídolo, se inclina y lo adora. Le reza y dice: «Sálvame, porque tú eres mi dios».
18 No saben ni entienden. Sus ojos están cerrados para que no puedan ver. Lo mismo pasa con su mente, para que no entiendan.