17 El SEÑOR, tu Salvador, el Santo Dios de Israel, dice esto: «Yo soy el SEÑOR tu Dios, quien te enseña el bien y te lleva por el camino que debes andar.
18 Si tan solo hubieras hecho caso de mis mandamientos, tu prosperidad habría fluido como un río y tu salvación como las olas del mar.
19 Tus descendientes habrían sido tan numerosos como la arena, como los granos de arena. No habrían sido destruidos ni aniquilados delante de mí».
20 ¡Salgan de Babilonia! ¡Huyan de Caldea! Proclámenlo con gritos de alegría, díganlo, divúlguenlo hasta lo más remoto de la tierra. Digan: «El SEÑOR ha salvado a su siervo Jacob».
21 Ellos no sufrieron de sed cuando él los llevó por desiertos. Él hizo que el agua fluyera para ellos de una roca. Partió la roca y el agua brotó.