16 Mira, te tengo escrita en mis manos. Tengo siempre presentes tus murallas.
17 Tus hijos se apresuran a regresar a ti; ya se van los que te derribaron y destruyeron.
18 Levanta tus ojos y mira alrededor. Todos ellos se reúnen, vienen hacia ti. El SEÑOR dice: «Tan cierto como que existo, es que los vestirás como joyas y los lucirás como una novia.
19 Yo te destruí, te arruiné y te arrasé. Pero ahora no darás abasto para alojar a toda la gente que vivirá en ti. Los que te destruyeron estarán muy lejos.
20 Llegará el día en que los hijos que creías perdidos te dirán: “Este sitio es muy pequeño, hazme lugar dónde vivir”.
21 Entonces te dirás a ti misma: “¿Quién me dio todos estos? Yo perdí mis hijos y no podía tener más. Estaba desterrada y alejada, ¿quién me crió a estos? Yo estaba sola, ¿de dónde salieron estos?”»
22 Esto dice el Señor DIOS: «Alzaré mi mano hacia las naciones y levantaré mi bandera para que la vean los pueblos. Traerán en brazos a sus hijos y cargarán sobre sus hombros a sus hijas.