19 Yo te destruí, te arruiné y te arrasé. Pero ahora no darás abasto para alojar a toda la gente que vivirá en ti. Los que te destruyeron estarán muy lejos.
20 Llegará el día en que los hijos que creías perdidos te dirán: “Este sitio es muy pequeño, hazme lugar dónde vivir”.
21 Entonces te dirás a ti misma: “¿Quién me dio todos estos? Yo perdí mis hijos y no podía tener más. Estaba desterrada y alejada, ¿quién me crió a estos? Yo estaba sola, ¿de dónde salieron estos?”»
22 Esto dice el Señor DIOS: «Alzaré mi mano hacia las naciones y levantaré mi bandera para que la vean los pueblos. Traerán en brazos a sus hijos y cargarán sobre sus hombros a sus hijas.
23 Reyes serán maestros de tus hijos, y princesas los cuidarán. Se postrarán rostro en tierra ante ti y lamerán el polvo de tus pies. Entonces comprobarás que yo soy el SEÑOR. Los que confíen en mí no saldrán defraudados».
24 ¿Se le puede quitar el botín a un soldado? ¿Puede un prisionero escapar de un tirano?
25 Pues esto es lo que el SEÑOR dice: «Se arrebatarán los prisioneros a los soldados y a los tiranos se les quitará el rescate recibido. Yo mismo me enfrentaré con los que se te enfrenten y salvaré a tus hijos.