7 La nación de Israel es el viñedo del SEÑOR Todopoderoso. La gente de Judá es su sembrado preferido. Él esperaba juicios justos, pero sólo encontró derramamiento de sangre. Esperaba justicia, pero sólo encontró gritos de angustia.
8 Qué mal les va a ir a los que van acumulando casas y más casas, terrenos y más terrenos, hasta que te dejan en la calle, al aire libre.
9 El SEÑOR Todopoderoso me dijo al oído: «Muchas casas van a ser destruidas; casas grandes y hermosas quedarán desocupadas.
10 Tres hectáreas de viña sólo producirán un barril de vino, y diez costales de semilla producirán tan sólo un canasto de trigo».
11 Qué mal les va a ir a los que se levantan en la mañana tras un trago y se quedan hasta tarde embriagándose con vino.
12 En sus fiestas hay liras, arpas, tambores, flautas y vino. Pero no prestan atención a lo que el SEÑOR ha hecho ni a la obra de sus manos.
13 Por tanto, mi pueblo será hecho prisionero y desterrado porque no reconoció mi autoridad. La gente importante padecerá de hambre, y los del montón padecerán de sed.