14 Alguien dirá: «Reconstruyan, reconstruyan, preparen el camino, despejen la vía para que pase mi pueblo».
15 Porque esto es lo que dice el Altísimo, el que vive eternamente y tiene el nombre santo: «Yo vivo en lo alto y santo, pero vivo también con el que tiene su espíritu abatido y humillado. Le daré nueva vida al de espíritu humilde, y reviviré al abatido.
16 Ya no acusaré ni estaré siempre enojado, porque así desfallecerían ante mí los seres humanos, a quienes yo hice.
17 Estuve enojado por su codicia perversa, así que los castigué, me oculté de ellos y me disgusté. Pero ellos se mantuvieron en su rebeldía.
18 He visto sus caminos, pero los voy a curar. Los guiaré y los reconfortaré a ellos y a los que compartieron su dolor.
19 Pondré palabras de alabanza en sus labios. Les daré paz a los que están lejos y a los que están cerca, y los sanaré, dice el SEÑOR.
20 Pero la gente perversa es como el mar agitado, que no puede calmarse, que arroja barro y basura con sus olas.