1 »Grita fuerte, sin refrenarte. Levanta tu voz como una trompeta. Dile a mi pueblo cuál es su rebeldía, a la familia de Jacob cuál es su pecado.
2 Día a día vienen a adorarme y pretenden que quieren conocer mi voluntad como si fueran una nación que hubiera hecho lo correcto y nunca hubiera abandonado la ley de Dios. Me piden decisiones justas y están ansiosos de acercarse a mí.
3 ¿Para qué ayunamos, si no lo ves? ¿Para qué nos humillamos, si no lo notas? »Ustedes hacen lo que les gusta hacer en su día de ayuno. Explotan a todos sus trabajadores.
4 El ayuno de ustedes consiste en discutir y pelear, en golpearse unos a otros con puños perversos. No es ese tipo de ayuno el que les servirá para hacerse oír en los cielos.