6 »¿No es más bien el ayuno que yo prefiero quitar las cadenas de injusticia, desatar las cuerdas del yugo, dejar libre al oprimido y romper todo yugo?
7 ¿No es compartir tu alimento con el que tiene hambre y darle hospedaje en tu casa al pobre que no tiene dónde vivir? ¿No es dar de vestir al desnudo y dejar de esconderte de tus familiares?
8 »Entonces tu luz brillará como el amanecer, y tus heridas sanarán pronto. Irá delante de ti quien te declara sin culpa y la gloria del SEÑOR te seguirá.
9 Así tú llamarás y el SEÑOR responderá. Gritarás pidiendo ayuda y él te dirá: “Aquí estoy”. »Si quitas de ti la opresión, el dedo acusador y las palabras perversas,
10 si compartes tu alimento con el que tiene hambre y satisfaces las necesidades del oprimido, entonces tu luz brillará como el amanecer. Tus sombras serán como luz de mediodía.
11 El SEÑOR te guiará permanentemente, dará satisfacción a tus necesidades cuando estés en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como un jardín, como manantial de agua que nunca se seca.
12 Reconstruirás las ruinas antiguas. Edificarás sobre los cimientos antiguos. Te llamarán “reparador de murallas destrozadas” y “restaurador de calles habitadas”.