1 Mira, la mano del SEÑOR no es tan corta como para no poder salvar, ni sus oídos tan sordos como para no oír.
2 Pero las maldades de ustedes se han convertido en barreras entre ustedes y Dios. Los pecados de ustedes han hecho que él se oculte y no los escuche.
3 Las manos de ustedes están manchadas de sangre y sus dedos están manchados de culpa. Sus labios dicen mentiras y su lengua dice maldades.
4 Ninguno pone demandas justas ni va a juicio con honestidad. Confían ellos en palabras vanas y dicen mentiras. Conciben maldad y dan a luz el mal.
5 Empollan huevos de víbora y tejen telarañas. El que come esos huevos muere y de los huevos aplastados salen serpientes venenosas.
6 Sus telarañas no pueden usarse para vestirse y a ellos mismos no los pueden abrigar con lo que ellas producen. Ellos hacen maldades y sus manos cometen hechos de violencia.