23 Cómo me gustaría que se escribieran mis palabras. Cómo me gustaría que se escribieran en un libro.
24 Cómo me gustaría que se escribieran con cincel y punzón en la roca.
25 Pero yo conozco a mi Defensor; él vive y al final saldrá victorioso sobre los que son polvo,
26 incluso después de que se haya pelado toda mi piel; en carne viva veré a Dios.
27 Quiero ver a Dios por mí mismo; verlo con mis propios ojos, y no con los ojos de alguien más; aun cuando se me hayan agotado las fuerzas.
28 »Cuando ustedes digan: “¿De qué manera lo perseguiremos?” y que la raíz del problema está en mí,