6 Entonces el SEÑOR le dijo a Satanás: —Haz lo que quieras con Job, menos matarlo.
7 Satanás se retiró de la presencia del SEÑOR y afligió a Job con llagas dolorosas que lo cubrían de pies a cabeza.
8 Job agarró un pedazo de teja para rascarse y se sentó en medio de un montón de ceniza.
9 Su esposa lo vio y le dijo: —¿Todavía sigues queriendo ser intachable? ¡Maldice a Dios y muérete de una vez!
10 Pero Job le respondió a su esposa: —Estás hablando como una tonta. ¿Vamos a recibir de Dios lo bueno, pero no lo malo? En todo esto Job no cometió ningún pecado en lo que dijo.
11 Tres amigos de Job supieron de todas las desgracias que le habían sucedido y salieron de sus hogares para ir a visitarlo. Eran Elifaz de la región de Temán, Bildad de la región de Súah y Zofar de la región de Namat. Ellos decidieron ir a expresarle sus condolencias y darle consuelo.
12 Pero cuando los tres amigos vieron a Job desde lejos difícilmente lo reconocieron. Empezaron a llorar, rasgaron su ropa y arrojaron cenizas al aire sobre la cabeza.