2 «Todavía hoy me quejo amargamente, me pesan las manos debido a mis gemidos.
3 Cómo quisiera saber dónde encontrar a Dios.
4 Le expondría mi caso y le daría un discurso lleno de argumentos legales.
5 Conocería las respuestas que él tiene para mí y entendería lo que me dijera.
6 ¿Usaría Dios su poder en contra mía? No, yo creo que él me prestaría atención.
7 Allí un hombre íntegro argumentaría con él y yo me libraría eternamente de mi juez.
8 »Pero si voy al oriente, no está ahí. Si voy al occidente, tampoco lo encuentro.