18 Así lo salva de ir al lugar de la muerte, lo salva de morir por la espada.
19 »Corrige al hombre haciéndolo caer en cama por el dolor, y con dolor permanente en sus huesos.
20 Entonces odia la comida, pierde el apetito y ya no quiere comer ni la comida más deliciosa.
21 Adelgaza y se asoman sus huesos, que antes no se veían.
22 Su vida está al borde del abismo, al borde de donde están los que causan la muerte.
23 »A veces hay un ángel que toma su caso como mediador. Una en mil veces le declara a uno lo que es correcto.
24 Él le tiene misericordia, y dice: “Líbralo de ir al abismo porque le conseguí su rescate”.