3 Yo no estoy presente físicamente con ustedes, pero los acompaño en espíritu. Aun estando lejos, ya he juzgado a ese hombre como si yo estuviera allá con ustedes.
4 Reúnanse en el nombre de nuestro Señor Jesús, y yo los estaré acompañando en espíritu. El poder de nuestro Señor Jesús se hará presente.
5 En ese momento, entreguen a Satanás al que cometió el pecado. Su deseo pecaminoso será destruido, pero su espíritu será salvo en el día en que el Señor venga.
6 Dejen de alabarse a sí mismos, y recuerden el dicho: «Sólo un poco de levadura fermenta toda la masa».
7 Desháganse de la levadura vieja para que puedan ser como masa nueva. Pues ustedes son como el pan de la Pascua, que no tiene levadura, porque Cristo, nuestro cordero de la Pascua ya ha sido sacrificado.
8 Así que, celebremos la Pascua, pero sin el pan que tiene levadura vieja, porque esa es la levadura del pecado y de la maldad. Celebremos mejor con el pan sin levadura que es el pan de la sinceridad y de la verdad.
9 En la carta pasada les dije que no tuvieran nada que ver con la gente que practica inmoralidad sexual.