14 Dios resucitará nuestro cuerpo con el mismo poder que resucitó al Señor.
15 Recuerden que su cuerpo forma parte de Cristo. ¿Está bien tomar lo que es parte de Cristo y hacerlo parte de una prostituta? ¡Claro que no!
16 ¿O es que no saben que el que se une con una prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Porque la Escritura dice: «Los dos serán un solo ser».
17 El que se une con el Señor, se vuelve un solo espíritu con él.
18 Así que, huyan de los pecados sexuales. Ustedes también dicen, «Ningún pecado que el ser humano pueda cometer tiene que ver con el cuerpo físico». Sin embargo yo digo que el que comete inmoralidad sexual peca contra su propio cuerpo.
19 ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo? Ustedes han recibido al Espíritu de Dios y habita en ustedes. Entonces, ustedes no son dueños de su cuerpo,
20 porque Dios los ha comprado por un precio. Así que, con su cuerpo, honren a Dios.