7 agarró la yunta de bueyes, los descuartizó y por medio de mensajeros los repartió por todo Israel con este mensaje:— Lo mismo se hará con los bueyes de quien no siga a Saúl y a Samuel.El temor del Señor sobrecogió al pueblo, que se alistó sin faltar uno solo.
8 Saúl pasó revista en Bézec y había trescientos mil hombres de Israel y treinta mil de Judá.
9 Entonces dijo a los mensajeros que habían venido:— Decid a los de Jabés que mañana al mediodía recibirán ayuda.Cuando los mensajeros llegaron y comunicaron la noticia, los habitantes de Jabés se llenaron de alegría
10 y dijeron a Najás:— Mañana nos rendiremos y podréis hacer lo que mejor os parezca con nosotros.
11 Al día siguiente Saúl organizó a la gente en tres columnas; irrumpieron en el campamento antes del alba y estuvieron destrozando a los amonitas hasta el mediodía. Los supervivientes se dispersaron, de suerte que no quedaron dos juntos.
12 Entonces la gente dijo a Samuel:— ¿Quiénes ponían en duda que Saúl sería nuestro rey? Entregadnos a esos hombres para que los matemos.
13 Pero Saúl replicó:— Nadie debe morir en un día como este, pues hoy el Señor ha dado la victoria a Israel.