20 Saúl le contestó:— Sí que he obedecido la orden del Señor. He realizado la campaña que me encomendó, he traído a Agag, rey de Amalec, y he consagrado al exterminio a los amalecitas.
21 Y si la gente tomó como botín las ovejas y vacas, destinadas al exterminio, fue para ofrecérselas en sacrificio al Señor tu Dios en Guilgal.
22 Samuel respondió:— ¿Acaso el Señor valora más los holocaustos y sacrificios que la obediencia a su palabra? Mira, la obediencia vale más que el sacrificio y la docilidad más que la grasa de carneros.
23 En cambio, la rebeldía es como el pecado de espiritismo, y la arrogancia, como el delito de idolatría. Puesto que has rechazado la palabra del Señor, él te rechaza como rey.
24 Entonces Saúl dijo a Samuel:— He pecado, pues he violado el mandato del Señor y tus palabras, y he obedecido a la gente por miedo.
25 Ahora te ruego que me perdones y que me acompañes para adorar al Señor.
26 Samuel le respondió:— No te acompañaré, pues has rechazado la palabra del Señor y el Señor te rechaza como rey de Israel.