8 Entonces convocaron a todos los príncipes filisteos y los consultaron:— ¿Qué podemos hacer con el Arca del Dios de Israel?Ellos contestaron:— Que la lleven a Gat.Así, pues, trasladaron a Gat el Arca del Dios de Israel.
9 Pero, nada más trasladarla, el Señor castigó a la ciudad e hizo cundir el pánico, pues hirió a sus habitantes, pequeños y grandes, y les salieron tumores.
10 Entonces enviaron el Arca de Dios a Ecrón. Y, al llegar allí, los ecronitas se pusieron a gritar:— ¡Han traído aquí el Arca del Dios de Israel para que nos aniquile a todos!
11 Entonces convocaron de nuevo a todos los príncipes filisteos y les dijeron:— Llevaos el Arca del Dios de Israel y que vuelva a su sitio, para que no nos aniquile a todos.Y es que por toda la ciudad cundía un pánico mortal, pues el Señor la había castigado muy duramente.
12 Los que no morían estaban infectados de tumores y el clamor de la ciudad llegaba al cielo.