13 Entonces habría arriesgado mi vida en vano, pues el rey lo descubre todo y tú te habrías quedado al margen.
14 Joab le contestó:— ¡No quiero seguir perdiendo el tiempo contigo!Echó mano a tres flechas y las clavó en el corazón de Absalón, que todavía colgaba vivo de la encina.
15 Luego diez muchachos, asistentes de Joab, rodearon a Absalón y lo remataron.
16 Entonces Joab hizo sonar el cuerno, y el ejército cesó de perseguir a Israel, pues Joab lo detuvo.
17 Luego recogieron el cuerpo de Absalón, lo arrojaron a una fosa grande que había en el bosque y pusieron encima un buen montón de piedras. Todos los israelitas huyeron a sus tiendas.
18 Absalón se había levantado en vida un monumento en el valle del Rey, pues pensaba: “No tengo un hijo* que conserve mi nombre”. Así que puso su nombre al monumento y todavía hoy se denomina Monumento de Absalón.
19 Ajimás, hijo de Sadoc, dijo:— Voy corriendo a llevarle al rey la buena noticia de que el Señor lo ha librado de sus enemigos.