7 Por vuestra parte, hermanos, esperad con paciencia la venida gloriosa del Señor. Como espera el labrador el fruto precioso de la tierra, aguardando pacientemente que lleguen las [lluvias] de otoño y primavera,
8 así vosotros tened paciencia y buen ánimo, porque está próxima la venida gloriosa del Señor.
9 No os quejéis, hermanos, unos de otros, para que no seáis condenados; el juez ya está a las puertas.
10 Como ejemplo de sufrimiento y de paciencia, tenéis a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.
11 Consideramos dichosos a los que supieron mantenerse firmes. Más aún, tenéis conocimiento de la firmeza de Job, y ya veis el feliz desenlace a que lo condujo el Señor; porque el Señor es compasivo y misericordioso.
12 Pero, ante todo, hermanos, no juréis ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro juramento. Cuando digáis “sí”, sea sí; y cuando digáis “no”, sea no. De ese modo no incurriréis en condenación.
13 ¿Sufre alguno de vosotros? Que ore. ¿Está gozoso? Que alabe al Señor.