1 ¡Ay de los pastores que descarrían y dispersan el rebaño de mi pastizal! —oráculo del Señor—.
2 Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de los pastores que apacientan a mi pueblo: Vosotros dispersasteis mi rebaño, lo expulsasteis y no os habéis preocupado de él. Pues bien, yo os voy a pedir cuentas de vuestras malas acciones —oráculo del Señor—
3 y yo mismo reuniré al resto de mis ovejas de todos los países por donde las dispersé y las haré volver a su pastizal, donde fructificarán y se multiplicarán.
4 Les pondré pastores que las apacienten; ya no tendrán miedo, no se espantarán ni faltará ninguna —oráculo del Señor—.
5 Ya llegan días —oráculo del Señor—en que daré a David un vástago legítimo.Será un rey que reinará con prudencia,impondrá justicia y derecho en el país.
6 En sus días estará a salvo Judá,Israel vivirá con tranquilidad,y la gente le pondrá de nombre:«El Señor es nuestra justicia».
7 Ya llegan días —oráculo del Señor— en que no se dirá: «Por vida del Señor, que hizo subir a los israelitas del país de Egipto».