2 Ni él, ni sus ministros ni la gente del país hicieron caso de las palabras que el Señor había comunicado por medio del profeta Jeremías.
3 El rey Sedecías envió a Jehucal, hijo de Selemías, y a Sofonías, hijo del sacerdote Maasías, con este mensaje para el profeta Jeremías: «Consulta de nuestra parte al Señor, nuestro Dios».
4 Por entonces Jeremías andaba entre la gente, pues aún no lo habían metido en la cárcel.
5 Los caldeos estaban sitiando Jerusalén, pero al enterarse de que el ejército del faraón había salido de Egipto, levantaron el cerco.
6 El profeta Jeremías recibió la palabra del Señor en estos términos:
7 —Así dice el Señor, Dios de Israel: Esto dirás al rey de Judá que te ha enviado a consultarme: El ejército del faraón, que había salido en vuestra ayuda, se vuelve a Egipto, su país.
8 Los caldeos volverán, atacarán esta ciudad, la capturarán y le prenderán fuego.