15-16 Pero, yo he venido a rogarle por mi hijo, porque mi vida y la vida de mi hijo han sido amenazadas y yo me dije: “Quizás el rey me oirá y nos librará de los que quieren acabar con nuestra existencia en Israel.
17 Sí, el rey nos dará paz nuevamente”. Yo sé que usted es como el ángel de Dios y puede discernir entre el bien y el mal. Quiera Dios estar con usted.
18 —Quiero saber una cosa —dijo el rey.—¿De qué se trata, mi señor, el rey? —preguntó ella.
19 —¿Fue Joab quien te envió?Y la mujer respondió:—¿Cómo podría negarlo? Sí, Joab me envió y me dijo lo que tenía que decir.
20 Él lo hizo para que usted pueda ver el asunto desde un ángulo diferente. Pero usted es tan sabio como un ángel de Dios y sabe todo lo que ocurre en la tierra.
21 Entonces el rey llamó a Joab y le dijo:—Bien, anda y trae a Absalón.
22 Joab se inclinó a tierra delante del rey, lo bendijo y dijo:—Al fin sé que mi señor, el rey, tiene buena voluntad hacia mí, pues me ha concedido esta petición.