1 Cuando el SEÑOR, finalmente, trajo paz sobre la tierra, e Israel dejó de estar en guerra con las naciones vecinas,
2 David le dijo al profeta Natán:—Mira, yo estoy viviendo en este hermoso palacio de cedro, mientras que el cofre de Dios está en una carpa.
3 —Haz lo que has pensado —dijo Natán—, porque el SEÑOR está contigo.
4 Pero aquella noche el SEÑOR le dijo a Natán:
5 «Dile a mi siervo David que no lo haga,
6 porque nunca he vivido en un templo. Mi hogar siempre ha sido una carpa desde que saqué a Israel de Egipto.