10 ¡Cómo odian ustedes a los jueces honestos! ¡Cómo desprecian a la gente que dice la verdad!
11 ¡Cómo oprimen ustedes a los pobres y los obligan a entregarles parte de sus cosechas! Por eso serán castigados, de modo que no vivirán en las hermosas casas de piedra que están construyendo, ni tampoco beberán el vino de las abundantes viñas que están plantando.
12 ¡Yo sé que sus crímenes son incontables, que sus injusticias no tienen límite! Ustedes oprimen a la gente honrada, los jueces se venden por dinero y en los tribunales condenan injustamente a los pobres.
13 Por eso, debido a la maldad que existe, el prudente se queda callado.
14 ¡Hagan lo bueno y no lo malo, para que vivan! Sólo así el SEÑOR, Dios todopoderoso, verdaderamente será su ayudador, como ustedes lo han afirmado.
15 Odien el mal y amen el bien; dejen que reine la justicia en sus tribunales. Quizás así el SEÑOR, Dios todopoderoso, tenga compasión de los pocos israelitas que quedan.
16 Por lo tanto, el SEÑOR, Dios todopoderoso, dice esto: «Se escucharán sus llantos en todas las calles y en cada camino. ¡Llamen a los agricultores para que lloren con ustedes! ¡Llamen a las lloronas de oficio, para que les reciten lamentos!