5 No confíen en los ídolos de Betel, Guilgal o Berseba; pues la gente de Guilgal será llevada al exilio, y a los de Betel les sobrevendrá una gran desgracia».
6 ¡Acudan al SEÑOR y él protegerá sus vidas! Si no lo hacen, él vendrá sobre Israel como fuego y lo consumirá, y ninguno de los ídolos de Betel en los que ustedes tanto confían podrá apagar ese fuego.
7 ¡Cuánto van a sufrir aquellos que convierten la «justicia» en algo amargo como el vinagre y les tiene sin cuidado el derecho de los pobres!
8 Acudan a Dios, quien que creó las Pléyades y el Orión, quien tiene poder incluso para cambiar la oscuridad en mañana, y el día en noche; quien saca el agua del océano y la vierte sobre la tierra como lluvia. ¡Su nombre es el SEÑOR!
9 Él convierte en ruinas las grandes fortalezas y deja en puro escombros las poderosas torres defensivas.
10 ¡Cómo odian ustedes a los jueces honestos! ¡Cómo desprecian a la gente que dice la verdad!
11 ¡Cómo oprimen ustedes a los pobres y los obligan a entregarles parte de sus cosechas! Por eso serán castigados, de modo que no vivirán en las hermosas casas de piedra que están construyendo, ni tampoco beberán el vino de las abundantes viñas que están plantando.