19 »¡Cómo!, me preguntas, ¿el hijo no paga por las maldades de su padre? ¡No! Pues si el hijo hace lo que es justo y vive de acuerdo con mis instrucciones, seguramente seguirá viviendo.
20 Aquel que comete maldades es el que muere. El hijo no será castigado por las maldades de su padre, ni el padre por las de su hijo. El justo será recompensado por su propia bondad y el perverso castigado por su propia maldad.
21 »Pero si una persona perversa se aparta de todas sus maldades y comienza a conducirse de acuerdo con mis instrucciones y a hacer lo que es justo y recto, sin duda seguirá viviendo y no la haré morir.
22 Todas sus maldades pasadas serán olvidadas, y esta persona seguirá viviendo debido a su justicia.
23 ¿Creen acaso que me agrada ver a los malos morir?, pregunta el SEÑOR. ¡Por supuesto que no! Yo solamente quiero que se arrepientan de sus conductas perversas y puedan seguir viviendo.
24 »Sin embargo, si un justo deja de serlo y comienza a actuar como cualquier otro injusto, ¿debiera permitírsele vivir? ¡No, por supuesto que no! Toda su justicia previa será olvidada y él morirá por las injusticias que cometa.
25 »Sin embargo, ustedes dicen: “¡El SEÑOR no está siendo justo!” ¡Oh pueblo de Israel!, ¿soy yo el que no es justo, o son ustedes?