23 Jarán, Cané, Edén, Asiria y Quilmad también envían sus mercaderías.
24 Ellos traen para negociar escogidas telas, telas azules, bordados y alfombras de muchos colores, enlazados con cordones y asegurados.
25 Las naves de Tarsis son como tus caravanas de mar; ¡tus depósitos en la isla están llenos hasta el tope!
26 »¡Pero ahora tus estadistas conducen tu barco, es decir, los negocios del reino, hacia un desastroso huracán! ¡Tu poderosa nave peligra ante la fuerte tormenta que viene del este, y sufres el naufragio en medio de los mares!
27 ¡Todo está perdido! ¡Tus riquezas y mercaderías, tus marineros y pilotos, tus constructores de barcos y mercaderes, soldados y toda la gente se hunden en el mar en el día de tu ruina inmensa!
28 ¡Las ciudades vecinas tiemblan ante el sonido de tus pilotos que gritan de miedo! ¡Todos tus marineros que estaban en alta mar vienen a tierra y observan desde la costa,
30 llorando amargamente, echando polvo sobre sus cabezas y revolcándose en cenizas!