20 Te di oro y piedras preciosas, ¡y lo empleaste todo para hacerte ídolos! Por lo tanto te lo quitaré todo echaré todos tus ídolos a la basura.
21 O se los daré a extranjeros y a hombres malvados como botín.
22 No miraré cuando los extranjeros entren a mi templo y lo contaminen, ni los detendré cuando anden saqueando esos ídolos de oro. Como ladrones, ellos saquearán los tesoros y dejarán al templo en ruinas.
23 »Prepara cadenas para mi pueblo pues la tierra está llena de crímenes sangrientos. Jerusalén está llena de violencia, así que esclavizaré a su gente.
24 Aplastaré el orgullo de Jerusalén trayendo a las peores naciones para ocupar sus hogares, destruir las fortificaciones de las que estás tan orgulloso los israelitas y contaminar el templo.
25 Porque ha llegado el tiempo del asolamiento de Israel. Pedirás paz, pero no la obtendrás.
26 ¡Calamidad tras calamidad caerán sobre ti; dolor sobre dolor, desastre tras desastre! Anhelarás a algún profeta que pueda guiar a tus habitantes, pero no lo hallarás.