12-13 El SEÑOR replicó al ángel acusador:—Tienes permiso para hacer con su riqueza lo que quieras; pero no lo perjudiques en su cuerpo.Entonces el ángel acusador se fue; y como era de esperarse, no mucho después, en un banquete que los hijos e hijas de Job tuvieron en casa del hermano mayor, ocurrió la tragedia.
14-15 Llegó corriendo a casa de Job un mensajero con esta noticia:—Estaban sus bueyes arando, y las burras pastaban junto a ellos, cuando nos asaltaron los sabeanos, se llevaron los animales y mataron a los demás siervos. ¡Sólo yo escapé!
16 Aún estaba hablando este mensajero, cuando llegó otro con más noticias malas: —Del cielo cayó un rayo que calcinó a las ovejas y a todos los criados. ¡Sólo yo escapé para contárselo!
17 No había terminado éste, cuando otro mensajero entró corriendo.—Tres bandas de caldeos se llevaron sus camellos y mataron a sus siervos. ¡Sólo yo escapé para contárselo!
18 Mientras aún estaba hablando éste, llegó otro mensajero y dijo:—Sus hijos e hijas estaban celebrando un banquete en casa de su hermano mayor,
19 cuando de pronto un fuerte viento del desierto arrasó la casa; desplomó el techo sobre ellos y los mató a todos. ¡Sólo yo escapé para contárselo!
20 Job se levantó y rasgó su manto y se rasuró la cabeza en señal de duelo y se postró en tierra en actitud de adoración.