1 Zofar de Namat responde a Job:
2 «¿No ha de haber quien corte este torrente de palabras? La palabrería de un hombre, ¿prueba que tiene razón?
3 ¿He de quedarme callado ante tus alardes? ¿Te burlarás sin que nadie te responda?
4 ¡Pretendes ser puro a los ojos de Dios!
5 ¡Cómo me gustaría que Dios hablara y te dijera lo que piensa!
6 ¡Que te mostrara tal cual eres; pues él conoce todo lo que has hecho! Escucha: Dios sin duda te está castigando mucho menos de lo que mereces.
7 »¿Conoces los pensamientos y propósitos de Dios? El mucho investigar, ¿te los revelará? ¿Estás capacitado para juzgar al Todopoderoso?
8 Él es tan perfecto como alto es el cielo; y tú, ¿quién eres? Insondable es su pensamiento; ¿qué podrás tú saber en comparación con él?
9 Es más amplio que la tierra y más extenso que el mar.
10 Si viene y te pone en un calabozo, y luego te llama a cuentas, ¿quién lo hará desistir?
11 Porque él conoce a fondo todas las faltas y pecados de la humanidad; sin escrutar, ve todos los pecados.
12 El simple hombre tiene tantas probabilidades de ser sabio, como un borriquillo de nacer en forma de hombre.
13-14 »Antes de enfrentarte a Dios y extender hacia él tus manos, deja tus pecados y despójate de toda iniquidad.
15 Sólo entonces, sin manchas de pecado que te ensucien, podrás marchar derecho hacia Dios sin temor.
16 Sólo entonces podrás olvidar tu desdicha. Todo eso quedará en el pasado.
17 Y no habrá nubarrones en tu vida; toda oscuridad se transformará en luminosa mañana.
18 Obtendrás valentía porque tendrás esperanza. Procederás con calma y reposarás seguro.
19 Te acostarás sin temor y muchos buscarán tu ayuda.
20 Pero los malvados no hallarán escapatoria: su única esperanza está en la muerte».