15 “¿Quién es el Dios todopoderoso?”, dicen burlándose. “¿Por qué tenemos que obedecerlo? ¿Qué ganaremos con eso?”
16 Miren, ¡cuanto el rico toca se convierte en oro! Pero yo me niego a tratar siquiera con gente así.
17 »Sin embargo, los ricos se quedan tan campantes como siempre. Jamás tienen tribulaciones, y Dios; se olvida de ellos al distribuir sus dolores y su ira.
18 ¿Son arrastrados como paja por el viento? ¿Los arrasa la tormenta? ¡Jamás!
19 “Bueno”, dirán ustedes, “por lo menos a sus hijos los castiga Dios”. ¡Pero yo digo que Dios debe castigar al que peca y no a los hijos de éste! Que sienta el castigo en su propia carne.
20 Sí, que sea destruido por su maldad. Que beba bastante de la ira del Todopoderoso,
21 porque cuando esté muerto, ¿qué más le da lo que le pase a su familia?