11 En los senderos de Dios me he mantenido, siguiendo tras sus pasos. No me he apartado.
12 No he rechazado sus mandamientos, sino que en ellos me he deleitado más que en mi alimento de cada día.
13 »Sin embargo, su intención respecto a mí sigue invariable, ¿y quién podrá apartarlo de sus propósitos? Lo que él quiere, eso hace.
14 Así es que me hará cuanto ha planeado, y aún hay más que esperar.
15 Con razón me aterrorizo tanto en su presencia. Al pensar en ella, el terror me atenaza.
16-17 Dios me ha dado un corazón desfalleciente. El Todopoderoso me ha aterrado con las tinieblas y la espesa e impenetrable oscuridad que me rodean.