15-16 Y dile al pueblo de Israel que cualquiera que maldiga a Dios sufrirá el mismo castigo. Sí, todo el que pronuncie el nombre del SEÑOR al maldecir a su prójimo debe ser condenado a muerte. Esta ley se aplicará tanto a israelitas como a extranjeros. El que pronuncie el nombre del SEÑOR al maldecir, será muerto a pedradas.