16 Oh espada, acuchilla a la derechay luego a la izquierda;corta por todas partes,corta por donde quieras.
17 Yo también batiré las palmas,y aplacaré mi furia.¡Yo, el Señor, he hablado!».
18 Después recibí este mensaje del Señor:
19 «Hijo de hombre, dibuja un mapa y traza en él dos caminos para que los siga la espada del rey de Babilonia. Coloca una señal en el camino que sale de Babilonia, donde el sendero se divide en dos:
20 un camino con dirección a Amón y su capital, Rabá; y el otro camino rumbo a Judá y a Jerusalén, la ciudad fortificada.
21 El rey de Babilonia ahora se encuentra donde se dividen los dos caminos y está indeciso sobre a quién atacar: a Jerusalén o a Rabá. Así que él convoca a sus magos en busca de presagios para que le adivinen la suerte. Ellos revuelven las flechas de la aljaba y examinan hígados de animales sacrificados.
22 El presagio en su mano derecha le indica: “¡Jerusalén!”. Sus soldados irán con arietes contra las puertas de la ciudad, pidiendo a gritos la masacre. Levantarán torres de asalto y construirán rampas contra las murallas.