4 Así es, ¡eliminaré tanto a los justos como a los perversos! Sacaré mi espada contra todos los que estén en la tierra, desde el sur hasta el norte.
5 El mundo entero sabrá que yo soy el Señor. Tengo la espada en la mano, y no la devolveré a su vaina hasta que haya terminado su trabajo’”.
6 »¡Hijo de hombre, gime delante del pueblo! Gime ante ellos con amarga angustia y el corazón destrozado.
7 Cuando te pregunten por qué gimes, diles: “Gimo por la aterradora noticia que oí. Cuando se haga realidad, el corazón más valiente se derretirá de miedo; toda fuerza se desvanecerá. Todo espíritu decaerá; las rodillas fuertes se debilitarán como el agua. Y el Señor Soberano dice: ‘¡Está por llegar! ¡Ya está en camino!’”».
8 Entonces el Señor me dijo:
9 «Hijo de hombre, da al pueblo el siguiente mensaje de parte del Señor:»“Una espada, una espadaestá siendo afilada y pulida.
10 ¡Está siendo afilada para una masacre espantosay pulida para destellar como un rayo!¿Ahora te reirás?¡Los más fuertes que tú han caído bajo su poder!