18 «Hijo de hombre, los israelitas son la escoria inservible que queda después de fundir la plata. Son los desechos que sobran: una mezcla inútil de cobre, estaño, hierro y plomo.
19 Entonces diles: “Esto dice el Señor Soberano: ‘Dado que todos son escoria inservible, los traeré a mi crisol en Jerusalén.
20 Así como en un horno se funde cobre, hierro, plomo y estaño, los fundiré a ustedes con el calor de mi furia.
21 Los reuniré y los soplaré con el fuego de mi enojo,
22 y se fundirán como la plata en el intenso calor. Entonces sabrán que yo, el Señor, he derramado mi furia sobre ustedes’”».
23 Nuevamente recibí un mensaje del Señor:
24 «Hijo de hombre, dale este mensaje al pueblo de Israel: “En el día de mi indignación, serás como tierra contaminada, una tierra sin lluvia.