2 Cuando el Señor le habló por primera vez a Israel por medio de Oseas, le dijo al profeta: «Ve y cásate con una prostituta, de modo que algunos de los hijos de ella sean concebidos en prostitución. Esto ilustrará cómo Israel se ha comportado como una prostituta, al volverse en contra del Señor y al rendir culto a otros dioses».
3 Así que Oseas se casó con Gomer, hija de Diblaim. Ella quedó embarazada y le dio un hijo.
4 Entonces el Señor dijo: «Ponle al niño por nombre Jezreel, porque estoy a punto de castigar a la dinastía del rey Jehú para vengar los asesinatos que cometió en Jezreel. De hecho, pondré fin a la independencia de Israel
5 y acabaré con su poderío militar en el valle de Jezreel».
6 Al poco tiempo, Gomer quedó embarazada otra vez y dio a luz una niña. Entonces el Señor le dijo a Oseas: «Ponle por nombre a tu hija Lo-ruhamá —“no amada”— porque ya no le demostraré amor al pueblo de Israel ni lo perdonaré;
7 pero sí le demostraré amor al pueblo de Judá. Lo libraré de sus enemigos, no con armas y ejércitos ni con caballos y jinetes, sino con mi poder como el Señor su Dios».
8 Después que Gomer destetó a Lo-ruhamá, quedó nuevamente embarazada y dio a luz un segundo hijo.