2 No escondas de mí tu rostrocuando me encuentro angustiado.Inclina a mí tu oído;respóndeme pronto cuando te llame.
3 Pues mis días se desvanecen como el humo,los huesos me arden como brasas.
4 Mi corazón decae y se marchita como la hierba;¡hasta he perdido el apetito!
5 Por causa de mis fuertes gemidosse me pueden contar los huesos.
6 Parezco una lechuza del desierto;soy como un búho entre las ruinas.
7 No logro conciliar el sueño;parezco ave solitaria sobre el tejado.
8 A todas horas me ofenden mis enemigos,y hasta usan mi nombre para maldecir.